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Aproveche la oportunidad de descubrir la ciudad de Estrasburgo y su magnífica región: Alsacia.

Por tercer año consecutivo, Alsacia ha sido elegida “la región más acogedora de Francia” en 2022. En efecto, visitar Alsacia es descubrir una región encantadora y dinámica. Desde los pueblos y montañas de los Vosgos hasta las callejuelas de Estrasburgo y la catedral de Colmar, ¡le sorprenderán!

Aunque el origen de su nombre sigue siendo un enigma, esta hermosa región podría significar para los alemanes “Tierra de la otra orilla”. La población de la región, que incluye los departamentos de Haut-Rhin y Bas-Rhin, es de casi 2 millones de habitantes.

En cuanto a la gastronomía, Alsacia le hará descubrir los deliciosos “spaetzle”, el ineludible munster, la famosa chucrut, así como los bretzels, las tartas flambeadas, sin olvidar el pan de especias, el stollen y otros pasteles que harán las delicias de su paladar. La ruta del vino es también una buena manera de descubrir la tierra alsaciana.

En cuanto a la arquitectura, las casas con entramado de madera le transportarán a otra época, las catedrales le impresionarán por su tamaño pero también por el color de las piedras utilizadas. En efecto, Alsacia rima con la arenisca de los Vosgos, una piedra que da su característico color rosa a muchos monumentos.

En cuanto a los paisajes, la cordillera de los Vosgos ofrece unos panoramas impresionantes a todos los amantes de la naturaleza. Practique senderismo en el parque natural regional de Ballons des Vosges y descubra el Monte Sainte Odile, el Hohneck, el Lago Blanco… Viaje en el tiempo visitando los numerosos castillos. El más famoso de ellos, Haut-Koenigsbourg, le ofrecerá una vista de toda la meseta alsaciana.

En cuanto a la cultura, Alsacia está llena de museos: el Museo Nacional del Automóvil de Mulhouse, el Ecomuseo de Alsacia al aire libre, el Museo de Arte Moderno y Contemporáneo de Estrasburgo… ¡Hay para todos los gustos!

La ciudad de Estrasburgo es europea tanto por su situación geográfica como por su destino histórico.

Con sus dos mil años de historia, Estrasburgo es el punto de convergencia de las líneas de fuerza que unen tanto el norte y el sur, como el este y el oeste del continente europeo. En un radio de unos 600 km de la capital alsaciana se encuentran París, Lyon, Ginebra, Zúrich, Turín, Milán, Múnich, Praga, Stuttgart, Fráncfort, Bruselas y Ámsterdam. A orillas del Rin, en la frontera de las áreas culturales y lingüísticas románica y germánica, ¡se encontrará Ud. realmente en el corazón de Europa!

Tras la Segunda Guerra Mundial, cuando la idea de la reconciliación europea llevó a la creación del Consejo de Europa, Estrasburgo fue elegida como sede de esta institución.

Fue así que, en 1949, la ciudad se convirtió en el símbolo de la unidad, la reconciliación entre los pueblos y la construcción europea en la paz.

Estrasburgo es una de las tres ciudades del mundo (junto con Nueva York y Ginebra) que albergan instituciones internacionales y diplomáticas (especialmente consulados y embajadas) sin ser la capital de un Estado.

Estrasburgo, convertida en Eurometrópolis, goza del prestigioso estatus de capital europea como Bruselas o Luxemburgo; es la sede de las principales instituciones europeas: el Consejo de Europa, el Parlamento Europeo, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, el Centro Europeo de la Juventud, la Farmacopea Europea y la Fundación Europea de la Ciencia.

Durante su visita, piérdase por sus callejuelas empedradas, maravíllese con la catedral de Notre-Dame, disfrute de una comida en la casa Kammerzell, famoso restaurante situado a pocos pasos… En verano, disfrute de los muelles del río Ill para disfrutar de un momento de convivencia con los amigos. En invierno, caliéntese con un vaso de vino caliente en el barrio típico de la Petite France.

¿Quiere alejarse del bullicio de la ciudad? ¡Es posible gracias al Jardin des Deux-Rives, el Forêt Noire, el Forêt de la Robertsau o el Parc de l’Orangerie, todos ellos lugares perfectos para un paseo dominical!

Desde finales de noviembre, Alsacia enciende sus luces y le invita a descubrir los más bonitos mercadillos navideños de Europa. Uno de los mercadillos imprescindibles es, por supuesto, el de Estrasburgo, proclamada Capital de la Navidad. Cada año, millones de personas acuden allí desde toda Francia y de Europa. Los chalés se instalan por todo el centro de la ciudad para ambientar las fiestas de fin de año. Más pequeño pero igual de encantador, es el mercadillo de Colmar que también le conquistará. Si busca originalidad, el de Ribeauvillé le satisfará. En efecto, el mercadillo navideño de este pueblo es medieval: ¡un viaje en el tiempo garantizado!

Visitar Alsacia en Navidad significa también tener la oportunidad de degustar todo tipo de especialidades: bredele, mannele, vino caliente, berawecka, springerle, tantos sabores como palabras por descubrir.